PARA TODOS LOS GRADOS: 7/8/9/10/11
LA TRATA DE PERSONAS.
La
trata de personas es un problema mundial y uno de los delitos más vergonzosos
que existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo
el mundo. Los tratantes engañan a mujeres, hombres y niños de todos los
rincones del planeta y los someten diariamente a situaciones de explotación. Si
bien la forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual,
cientos de miles de víctimas también son objeto de trata con fines de trabajo
forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos.
La
explotación de seres humanos puede ser sumamente lucrativa para los
grupos delictivos organizados.
Si
bien las cifras varían, según una estimación realizada por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2005, alrededor de 2,4 millones
de personas son víctimas de la trata en un momento dado, y las ganancias que
reporta ese delito ascienden a unos 32.000 millones de dólares por año. Sin
embargo, las estimaciones más recientes sobre las tendencias generales del
trabajo forzoso indican que el alcance del problema es mucho mayor. En
Europa la trata de personas es uno de los negocios ilícitos más
lucrativos, ya que las ganancias obtenidas por lo grupos delictivos ascienden a
unos 3.000 millones de dólares por año, lo que la convierte en una actividad
delictiva de gran envergadura de la que son presas las personas más
marginadas del mundo.
Los
tratantes consideran a las personas meras mercancías, objetos que pueden ser
explotados y comerciados para lucrar con ellos. En Europa, la mayoría de las
personas condenadas por trata son hombres, si bien la proporción de mujeres que
la ejercen es bastante mayor si se compara con las que perpetran otros delitos,
ya que algunas pandillas consideran que las mujeres son más eficaces para
atrapar víctimas ganando antes su confianza.
En
2005 la OIT estimó que hay alrededor de 2,4 millones de víctimas de la trata en
un momento dado en todo el mundo. En Europa, más de 140.000 víctimas de
explotación sexual se encuentran atrapadas en un círculo vicioso de violencia y
degradación, y hasta una de cada siete trabajadoras sexuales viven
esclavizadas en la prostitución como resultado de la trata de personas. Por lo
general, mediante engaños o coacción, las redes delictivas organizadas
hacen caer a las víctimas en una situación de abuso de la que es difícil
escapar; pueden golpearlas o violarlas, o amenazar a su familia si intentan
fugarse. Con frecuencia se apoderan de los pasaportes de sus víctimas y de esa
forma las privan de toda clase de identificación. En los casos en que estas han
sido llevadas a otro país, muchas veces conocen poco o no conocen en absoluto
el idioma.
La
trata de personas afecta prácticamente a todos los países, ya sea como punto de
origen, tránsito o destino, y se ha informado de que en 137 Estados se ha
explotado a víctimas de por lo menos 127 países. La trata de personas es un
delito de carácter tanto regional como interno, ya que las víctimas son objeto
de trata dentro de su propio país, hacia países vecinos e incluso de un
continente a otro. Por ejemplo, en más de 20 países de todo el mundo, entre
ellos países de Europa, América, el Oriente Medio, el Asia central y África, se
han encontrado víctimas provenientes del Asia oriental.
La
forma más común de trata de personas descubierta por las autoridades nacionales
es la perpetrada con fines de explotación sexual. Se calcula que, de
todos los casos de trata registrados a nivel mundial en 2006, el 79%
correspondió a esa modalidad, en tanto que, al parecer, el 21% restante
de las víctimas fue objeto de trata con fines de trabajo forzoso u otras formas
de explotación. Cabe observar, sin embargo, que esas cifras no son definitivas
y pueden estar distorsionadas, habida cuenta de la importancia y
visibilidad de algunas formas de explotación, en comparación con otras. Por
ejemplo, puede ser más fácil descubrir a trabajadoras sexuales que son víctimas
de la trata que a trabajadores de granjas o fábricas que han sido objeto de
trata. Por otra parte, puede tenerse la impresión errónea de que los
hombres no son víctimas de ese delito, lo que distorsiona aún más los
coeficientes. Según datos más recientes, ha aumentado el número de casos
descubiertos de trata de personas con fines de trabajo forzoso y otras formas
de explotación.
A
nivel mundial, una de cada cinco víctimas de la trata es un niño, aunque en las
regiones y subregiones más pobres, como África y el gran Mekong, son niños la
mayoría de las víctimas. Los niños son objeto de trata con fines de mendicidad
forzosa, pornografía infantil o explotación sexual. A veces se prefiere a
los niños para trabajar porque se considera que sus manos pequeñas son más
aptas para desenredar redes de pesca, coser prendas lujosas o cosechar cacao.
Los niños también son reclutados por la fuerza como soldados en las
zonas de conflicto armado.
Dos
terceras partes de las víctimas de la trata de personas de todo el mundo son
mujeres. La gran mayoría de ellas son jóvenes que han sido engañadas con falsas
promesas de empleo y después violadas, drogadas, encerradas, golpeadas o
amenazadas con actos de violencia, o a las que se han impuesto deudas, se ha
despojado de su pasaporte o se ha chantajeado.
Los
hombres y los niños varones también son víctimas de la trata de personas con
fines de trabajo forzoso, mendicidad forzosa, explotación sexual y
reclutamiento forzoso como niños soldados. El porcentaje de casos descubiertos
de hombres que han sido víctimas de la trata es desproporcionadamente menor que
el de las mujeres por varias razones, entre ellas, el hecho de que, durante
muchos años, la legislación pertinente de todo el mundo ha tendido a centrarse
en la trata de mujeres y niños, o en la trata con fines de explotación sexual,
cuyas víctimas, en su mayoría, son mujeres.
El
hecho de que haya muchas clases de trata de personas da lugar a que no exista
tampoco un perfil único, típico, de la víctima de ese delito. Hay casos de
trata en todo el mundo, y para escoger a las víctimas no se tiene en cuenta el
sexo, la edad ni el origen de las personas. Por ejemplo, se lleva a niños de
Europa oriental a Europa occidental para obligarlos a mendigar o robar
carteras; en cuanto a las jóvenes, por ejemplo, de África, las engañan con la
promesa de emplearlas como modelos, o para trabajar au pair, y después se
encuentran atrapadas en un mundo de explotación sexual y pornografía; se hacen
falsas promesas de trabajo legítimo a muchas mujeres de Asia, lo que en
realidad se traduce en virtual confinamiento y abuso, y hombres y mujeres por
igual, como los que han sido llevados de América del Sur a América del Norte,
pueden verse obligados a trabajar en condiciones deplorables en las
granjas.
La
trata de personas se combate por diversos medios en los planos nacional e
internacional. En 2000 la Asamblea General aprobó la Convención de las Naciones
Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y el Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y
niños, que complementa esa Convención y que entró en vigor a fines de 2003. En
su calidad de único instrumento jurídico internacional que aborda la trata de
personas como delito, el Protocolo es el instrumento primordial de que se
dispone para prevenir y combatir la trata de personas, proteger y ayudar a las
víctimas y promover la cooperación entre los países a fin de hacer frente a ese
delito. Si bien hasta junio de 2012 ya había 150 Estados parte en el Protocolo,
y pese a que existe un grado considerable de compromiso político, la aplicación
del Protocolo por parte de los Estados es aún muy desigual. Hacia fines de 2012
la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) publicará
un nuevo informe mundial sobre la trata de personas. A partir de datos
suministrados por los Estados Miembros, el informe proporcionará una base para
evaluar las nuevas tendencias registradas desde 2009, la última vez que la
UNODC reunió datos a nivel mundial, y servirá de orientación para determinar lo
que queda por hacer.
A
nivel nacional, los países siguen aplicando el Protocolo y procurando incorporar
la legislación en materia de trata de personas en su derecho interno. Año tras
año también aumenta el número de países que cuentan con legislación pertinente,
con dependencias policiales destinadas a combatir la trata y con planes de
acción nacionales para hacer frente a ese flagelo. Sin embargo, pese al
aumento del número de condenas por el delito de trata, la cantidad aún sigue
siendo baja. Para abordar esa cuestión es indispensable lograr una aplicación
más efectiva del Protocolo a nivel nacional y una mayor cooperación en los planos
regional e internacional.
La
lucha contra la trata de personas no debe considerarse solamente
responsabilidad de las autoridades. Los ciudadanos comunes pueden ayudar a
combatir ese delito siendo conscientes del problema y asegurándose de que la
penosa situación de las víctimas no pase inadvertida.
ACTIVIDAD
1. Enumere los párrafos de la lectura e
identifique la idea principal de cada uno.
Por favor, transcríbala
2. Parafrasee la idea principal
de cada párrafo. Exprésela con sus
propias palabras
3. Organice alfabéticamente todas
las palabras subrayadas y consulte los significados de cada una.
4. Realice un mapa conceptual
sobre el tema.
5. Consulte cuáles son los
países donde más se evidencia este delito.