DOCUMENTO DE APOYO GRADO 8
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Literatura
colonial
La Época de la Colonia o Época Hispánica estuvo
influenciada culturalmente por lo religioso. Para aquel entonces, mediados del
Siglo XIX, se empezaban a establecer los primeros asentamientos urbanos,
alrededor de las instituciones gubernamentales españolas. El capital económico,
político y cultural era propiedad de una pequeña élite, por lo cual la creación
de textos literarios provenía en exclusiva de las clases altas.
Criollos, hijos de españoles
nacidos en el Nuevo Reino de Granada, y algunos españoles inmigrantes
escribieron libros de diversas materias: desde literatura edificante
hasta libros de ciencia, desde oratoria hasta historia y literatura. La mayoría
de estos libros se publicaron en diferentes partes de Europa, y unos pocos en
Lima y México, ciudades que contaban con imprenta desde el siglo XV.
Los intelectuales españoles y
criollos se enfrentaron a un nuevo mundo listo para ser retratado, por eso las
primeras manifestaciones literarias sirven mayormente como crónicas, donde se
da cuenta de las tradiciones, los quehaceres cotidianos y los hechos heroicos
del nuevo continente.
Se destacan:
- Juan de Castellanos (Sevilla, 1522 - Tunja, 1607) Sacerdote español, residente en Tunja por más de cuarenta años, autor del más extenso poema jamás
escrito en lengua española, las Elegías de Varones Ilustres de Indias.
- Juan Rodríguez Freyle. (Bogotá, 1566 - 1642) Autor de la monumental obra crónica El
Carnero. De familia acomodada, hizo estudios en el
seminario pero no se recibió como sacerdote. Hizo parte de las guerras de
pacificación indígena. En la etapa final de su vida se dedicó a la
agricultura.
- Hernando Domínguez Camargo (Bogotá, 1606 - Tunja, 1659), sacerdote jesuita y escritor. Influenciado notablemente por el
gran poeta barroco Luis de Góngora y Argote, haría parte del llamado Barroco de Indias, en donde también se ubica a Sor Juana Inés de la Cruz. Sus obras más reconocidas son su relato épico Poema heroico de
San Ignacio de Loyola (1966) y Ramillete de varias flores poéticas (1967).
- Pedro de Solís y Valenzuela, autor de El desierto prodigioso y
el prodigio de desierto, considerada la primera
novela hispanoamericana.1 2
- Francisco
Álvarez de Velasco y Zorrilla (Bogotá, 1647 - Madrid, 1708) era hijo de un oidor neogranadino y de la hija de un oidor de Quito.
Desde muy temprano recibió formación religiosa y ejerció la vida política.
Su obra fue recogida en el libro Rhytmica Sacra, Moral y Laudatiria.
Al contrario de Domínguez Camargo, era un gran admirador de Francisco de Quevedo y era reticente con respecto al gongorismo, con la excepción de Sor Juana Inés de la Cruz a quien le escribió desconociendo que había muerto. Velasco
y Zorrilla asume el nuevo lenguaje americano -sus
modismos- con orgullo, por lo que se ha ganado el reconocimiento como
'primer poeta americano'. También se le atribuye ser precursor del neoclasicismo. Se destaca su poema Vuelve a su quinta, ah friso, solo y viudo
en donde relata el triste reencuentro del hombre viudo con su hogar y cómo
la ausencia de su amada transforma el ambiente para el que llega y para
los que están.
- Francisca Josefa del Castillo (Tunja, 1671 - 1742). Religiosa tunjana, reconocida como una de las autoras místicas
más destacadas de América Latina, llegando a ser comparada con sor Juana Inés de la Cruz.
(wikipedia.org/wiki/Literatura_de_Colombia)
La literatura de la Colonia
La literatura de la colonia, en el Nuevo Reino de
Granada, desde la fundación de Bogotá hasta mediados del siglo XVIII, era de
forma y de idea estrictamente peninsular. No podía ser de otra manera. En un
principio no había escuelas ni colegios; cuando se fundaron algunos
institutos de enseñanza ésta era impartida por españoles, ordinariamente por
gentes de iglesia.
La educación suministrada carecía de nexos con el
medio ambiente. Enseñaban los maestros de obediencia al rey, la historia de
España, la gramática latina y española fundada en su semejanza con aquella.
No tenían una noción de las diferencias de espíritu existentes en el Nuevo
Mundo y España y su objeto principal era el de acostumbrar al niño a mirar
estas comarcas en lo material y también espiritualmente como una prolongación
de España. Algunos de los más sobresalientes escritores de esa época habían
nacido en España. Otros, nacidos en el virreinato, fueron educados a la
manera de entonces y sus obras tienen en la apariencia, en el fondo, los caracteres
de la literatura española (Sanín Cano, 1984, 19).
La literatura en primer plano
La literatura colonial fue escrita por los
cronistas y los dominadores. Bajo el mundo de la censura, las limitaciones de
la imprenta y la óptica europea, los escritores verán publicar sus obras con
enormes dificultades. La cultura hispánica monárquica y religiosa tendrá como
exponente a don Gonzalo Jiménez de Quesada. El libro que conocemos de él es
el Antijovio, en el cual defiende a España de los agravios que le hace
el obispo de Nacera, Paulo Jovio. En la mayoría de los manuales de literatura
se inscribe a don Gonzalo como el iniciador de la literatura colombiana. Juan
de Dios Arias apunta: “parece que él hubiera traído para hacerla arraigar en
nuestra tierra, la afición al estudio de las humanidades que ha sido
característica de nuestro pueblo a través de la historia” (Arias, 1958, 50).
En realidad, el señor Jimenez de Quesada no tiene nada que ver con la
literatura colombiana. Su nombre está más asociado a la fundación de Santa fé
de Bogotá que a cualquier otra cosa. Su obra no guarda ningún parentesco con
el Nuevo Mundo. Su aporte no está visto en el proceso literario de la nación
y su obra se ubica en un lugar totalmente artificial. Al margen de sus
meritos en el buen manejo de la expresión idiomática. Jimenez de Quesada no
es un creador, no se propone una intención de hacer literatura, ni su
universo del Antijovio permite deducir una plena coherencia frente a
mundo personal y simbólico. Hasta la fecha se le ha dado este título de
fundador de nuestras letras, pero nadie a podido demostrar el por qué de este
título, en razón a que obras. Con base en qué criterios estéticos. Lo mismo
ocurre con los historiadores Fray Pedro de Aguado, Fray Pedro Simón, Manuel
Rodríguez, Francisco de Figueroa, Fernández de Piedrahíta, Andrés de San
Nicolás, Juan Flores de Ocaris, el Padre Ribero, el padre Cassani, el padre
Gumilla.
Más tarde, en el proceso de la literatura
colonial, aparecerá la crónica rimada con Don Juan de Castellanos, especie de
mito épico, titulada Elegías de varones ilustres
de Indias (texto disponible online). A
su lado se ubica la crónica picaresca de Jaun Rodrígez Freyle con su obra El
carnero. Aunque en esta última hay una visión crítica de la sociedad
santafereña, se puede decir que ambas obras justifican el dominio español y
el carácter moral y espiritual de su empresa.
La vivencia gongorista surge con Hernando
Domínguez Camargo, escritor notable por sus logros estéticos. La mística y
ascética están representadas en la madre Del Castillo. Mientras nuestros
escritores crean , el mundo del aborigen se va extinguiendo.
A través de España, se filtran las formas
literarias y el espíritu de las obras producidas. Entre ellas se destacan la
crónica y la hstoria. Bajo el siglo de Oro, Renacimiento y Barroco, estos
autores excluirán influencias y asimilarán vetas de indudable oigen, como en
el caso de don Hernando Domínguez Camargo con Góngora.
La expectativa extraordinaria y el asombro
despertado por el Nuevo Mundo estimularon, entonces, la actividad de muchos
cronistas que redactaron tesis filosóficas, alegatos jurídicos en defensa de
los indígenas, crónicas de convento, poemas fantásticos e históricos sobre
notables sucesos (Ayala Poveda, 1994, 18).
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www.slideshare.net/.../literatura-en-la-colonia-nuevo-reino-de-granad
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